¿Te acordás de ese juego de PC, el que jugamos muchos en los ratos libres de oficina?

El Buscaminas, ícono de los años 90, tiene un concepto que podemos usar para entender mejor la importancia de la estrategia al pintar acuarela.

 
Empezabas con un lienzo en blanco, igual que con la acuarela. Todos los bloques tapados. Cuando presionabas sobre uno que contenía una mina, perdías el juego. Y si no había una mina, se desbloqueaban distintos bloques alrededor indicando la proximidad a las minas ocultas a través de números. Pero las minas siempre permanecían ocultas. Nunca sabías qué iba a pasar antes de cliquear.
 
Y acá viene la relación con la acuarela.
 
Cuándo pintamos, sin analizar primero la zonas blancas del papel a resguardar o los puntos de interés de nuestra imagen en función de la historia que queremos contar, corremos el riesgo de estar jugando un buscaminas. Cada pincelada puede potencialmente apagar una zona de Luz importante en el papel, que no se pueda recuperar.
 
Por eso es tan importante tener una estrategia, hacer bocetos previos y pensar haciéndose preguntas antes de agarrar el pincel.
Lo mejor para pintar un tema con confiaza, es conocerlo muy bien.
Para ayudarte con eso, quiero invitarte a que descubras mis Travesías.